La tercera dimensión en la tecnología es una realidad. Televisores, videojuegos y películas en 3D se han abierto camino en los anaqueles de las tiendas.
L
os fabricantes están inyectando fuertes sumas de dinero a la producción y marketing de estos dispositivos.
Pero ¿llegó la hora de adquirirlos? Si siguen leyendo les compartiré las impresiones que me dejaron estos aparatos después de probarlos.
Según la empresa de análisis Insight Media, en el 2011 se venderán cerca de 10 millones de televisores 3D en el mundo.
De acuerdo con la Asociación de Electrónicos de Consumo de EE.UU., el 36% de las personas que dicen que comprarán un dispositivo de este tipo también piensan adquirir videojuegos en 3D.
Si uno se basa en el entusiasmo de las empresas y en las predicciones de la industria, veremos en los hogares una explosión de productos en tres dimensiones en los próximos años.
Según Insight Media, en 2011 se venderán 10 millones de televisores en 3D. Foto: Getty Images.Sin embargo, pese a los pronósticos optimistas hay un par de cosas que hacen pensar que esta tecnología está lejos de la consolidación y que, a menos que quieran adoptar los nuevos medios antes que el resto del mundo, quizá todavía no es el mejor momento para deseembolsar miles de dólares.
Una de esas cosas es el contenido. Los apasionados del cine y los deportes podrían ser los entusiastas naturales de esta tecnología. Desafortunadamente la gama de películas y espectáculos deportivos en 3D aún es pobre.
En el Reino Unido y en Estados Unidos ya se han transmitido algunos partidos de fútbol y básquetbol con esta innovación, pero son una aguja en un pajar.
¿Y qué hay de los videojuegos?
En días pasados pude probar en Eurogamer Expo algunos de los títulos en 3D. La sensación que queda tras jugarlos depende enormemente del producto. Jugué un conocido título de automovilismo y las imágenes parecían borrosas y poco definidas.
Jugué otro de autos en donde una ciudad se destruía y sus fragmentos volaban por el aire y la diferencia era notable. Pero aún en este caso no era maravillosa, ni algo increíblemente revolucionario.
Los propios diseñadores de juegos han señalado que ninguna consola en el mercado es capaz de procesar los gráficos en 3D a una velocidad que haga que la experiencia en los videojuegos sea apabullante.
El precio es otra cosa que debe evolucionar. Los televisores más baratos cuestan US$1.200 y generalmente incluyen sólo un par de anteojos.
Si quiere que sus hijos también vean la tele, entonce sume US$80 por par de lentes. ¿Quiere jugar? El PlayStation 3, la única consola que ofrece esa posibilidad cuesta US$300. Total: más de US$1.600 para una familia de cuatro personas.
Se podrá argumentar que hay televisiones (como la que Toshiba presentó hace un par de días) que no requieren lentes. El problema es que esos aparatos necesitan que el usuario se siente en una posición específica para disfrutar la imagen.
Yo no sé como vean la tele ustedes, pero yo me siento en muchos lados, o me acuesto o la veo parado de reojo.
Es cierto que al ver la televisión en 3D o jugar un título en ese formato, se experimenta una sensación de novedad. Pero es algo que pronto se acaba.
La tecnología en 3D ya está aquí y no se irá. Pero necesita evolucionar un poco más antes de convertirse en un producto increíblemente popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario